René Fernández I X: @ReneFdz
Como si se tratara de un guion de película los Tigres tuvieron un triunfo no apto para cardíacos en el Clásico Regio 140 para ponerle punto final a la racha de cinco enfrentamientos contra el Monterrey sin conocer la victoria.
Cuando parecía que la noche sería triste para el plantel de Guido Pizarro tras la doble tarjeta amarilla de Diego Lainez en el inicio del segundo tiempo, la cual originó un penal cobrado efectivamente por Sergio Ramos, en los últimos instantes del juego la garra felina apareció para hacer explotar el Estadio Universitario.
La escuadra visitante no se quedó atrás en cuanto a expulsiones se refiere y el primero en irse a las regaderas fue Germán Berterame por reclamos al árbitro, posteriormente el español Oliver Torres, que había ingresado de cambio, también se pintó de rojo por una patada sin balón a Rómulo Zwarg.
Los ánimos también se calentaron en la zona de bancas y Guido Pizarro, además de Germán Lux, auxiliar de Martín Demichelis se fueron expulsados. La euforia se trasladó hasta el túnel del estadio en donde apareció André Pierre Gignac para hacerse de palabras con el asistente técnico.
Al 90 de acción apareció el primer zarpazo felino con el tiro libre que Sebastián Córdova mandó al fondo del arco de Sebastián Andrada.
Cinco minutos más tarde el volcán hizo erupción con el remate de cabeza de Nico Ibáñez que selló el agónico triunfo en el Clásico Regio 140.